Una de las sensaciones corporales que más me desagradan es tener las manos frías, me impide tejer, escribir y dejar de quejarme, por ello he hecho unos guantes (creo que la palabra adecuada es manopla) de un viejo suéter (sweater, jersey o como le llamen) que no me gustaba y estaba por desechar.
El proceso es bastante sencillo, es un proyectito entretenido para pasar la tarde y darle uso a los objetos que estamos por desechar.
La materia prima
Hay que cerrar la prenda y alisarla para que nos queden las dos partes de la manopla y recortarlas juntas.
Marcar sobre la tela la silueta de la mano con los 4 dedos largos juntos y el pulgar a 45º, hay que dejar un margen de medio centímetro. He usado la parte de abajo del suéter para que la muñeca quede más flexible.
Para recortar lo mejor es fijar las dos telas con alfileres. Una vez que tenemos la primer manopla, marcamos la segunda en otro pedazo de tela.
Hay que coser por todo el contorno.
Comer un pedacito de pastel y tomar un poco de café ayuda a tener fuerzas para terminar la manopla, creo que el remate queda mejor después de eso.
Una vez cosido todo el contorno, dar la vuelta y ¡listo! tenemos una manopla ajustadita para quitar el frío de las manos y la gran satisfacción que da la autosuficiencia.
Este tipo de proyectos son sencillos y sirven para sacar provecho de aquello que estamos por desechar, aunque para algunas personas el reciclaje sea una moda pasajera la verdad es que podría ser un compromiso a largo plazo (toda la vida), reutilizar y reciclar nos permite ahorrar dinero, desarrollar la creatividad y hay algunos que hasta ganar dinero con ello.
saludos!
Gaby
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